Cada vez que te caigas, levántate, aprende y trasciende

Vayeshév = Y se asentó…

Las sefirot son 10 y son arquetípicas:

Keter = El Creador mismo

Jojmáh y Bináh = Adam y Javá

Daát = el camino intermedio (cuando se perdió el Jardín del Edén y nos desconectamos del Creador)

Jesed = Abraham que recupera la conexión

Gevuráh = Isaac

Tiféret = Jacob

Netzaj = Moisés

Jod = Aaron

Yesod = Joseph

Maljút = David

El primer camino de corrección emocional es todo aquello que podemos aprender con los arquetipos de: Abraham, Isaac, Jacob y Joseph. Y luego continúa la corrección de nuestra alma por las otras sefirot.

“Y Jacob (tiréfet) se asentó en la tierra cuyo padre transitó…”

Cuando habla del padre, habla de Isaac Avinu, Abraham Avinu y Jacob Avinu. Así los llaman durante todas las historias de la Toráh, “Avot”.

Y las otras sefirot restantes:

Moshé Ravenu = el maestro

Aaron  Hakoen = el sacerdote

Joseph Hasadik = el justo

David Hamelej = el rey

Jacob se asentó cuando encontró el equilibrio (tiféret), y allí le es anunciado que su hijo Joseph ha muerto. Él se entristece profundamente, y al estar conectado con la tristeza, la presencia divina no logra contactarlo para decirle que Joseph está vivo. Es decir, que la tristeza te aleja la presencia divina.

Abraham (jesed) e Isaac (gevuráh) transitan, pero cuando llegamos al equilibrio (tiféret - equilibrio), queremos asentarnos en esa comodidad, y cuando hacemos eso nos desconectamos de la presencia divina, y el ego toma el control.

Jacob se puso cómodo y se olvido de un  principio clave de la Kabbaláh: “la evolución”. Tenemos que estar en constante cambio y evolución. Cuando dejamos de hacer eso, la vida nos obliga a evolucionar.

NO hay descanso en el crecimiento y la evolución espiritual. Jacob se relajó y se detuvo, y el sistema lo obligó a aprender por las malas (el gobierno de arriba).

No te quedes en tu zona de confort, cuando está todo demasiado perfecto, cuestionate pues puede ser que te hayas puesto cómodo y tu ego tenga el control sobre ti. Eres tú el que tiene que exigirse y ponerse retos para evolucionar (el gobierno de abajo) sino el sistema lo hará por ti. No te asientes como hizo Jacob (estancamiento).

“Jacob” había vencido al ángel y había alcanzado la consciencia de “Israel” (nivel de Jojmáh), pero luego se asentó, se puso cómodo, y se desconectó, y en vez de morar en la tierra de Israel, se quedó en la consciencia de Kenaan (no corregida).

Muchas son las aflicciones del justo y Hashem los salva de ellas… Al justo le toca pasar por momentos difíciles, pero Hashem lo ayuda.

Joseph Hasadik (el justo), igual se equivocaba, tenía debilidades y cometía faltas: era pretencioso, consentido, etc. 

Un justo, no es un santo que nunca hizo nada malo, por el contrario es alguien, como menciona el Rey Salomón, que siempre que se cae se levanta, es decir, “el que se levanta siempre después de caer”. El que hace la acción justa en el momento justo. Cuando decides levantarte, te salva Hashem (el poder de nuestra alma).

Cada meta que nos proponemos requiere que salgamos de la zona de confort y en medio de ello llegan más obstáculos. Los enemigos (obstáculos) nos indica que estamos haciendo las cosas bien, pues nos ayuda a aprender, trascender y levantarnos, a ser justos. 

Y 7 veces caemos ... Alude a las 7 sefirot inferiores: amor, respeto, empatía, confianza, sinceridad, verdad, y humildad. En alguna de estas 7 se cae el justo, las reconoce y se vuelve a levantar. 

Por Dany Nessi

Tomado de la clase del Zohar porción Vayeshév de Fundación Kabbalife Chile (https://kabbalife.com/)