Desapégate y disponte a soltar lo que más amas. Porción del Zohar Vayerá.
/Vayerá = se le apareció
Avraham estaba al tercer día de haberse realizado la circuncisión (día más doloroso) cuando se le aparecieron 3 ángeles en forma de viajeros que se acercaban a su casa.
Él tenía la costumbre de recibir invitados, darles regalos e invitarlos a volver. Su deseo siempre era dar constantemente, tanto que a veces obligaba a la gente a recibir, lo cual no era tan sano tampoco.
Avraham era la personificación de la sefiráh de Jesed, pura bondad y deseo de dar.
Los ángeles le dicen a Avraham que va a tener un hijo con Sarai, el hijo de la promesa que representa la unión de la parte femenina (Sarai) y la masculina (Avraham) de Jesed. Este hijo se llamaría Isaac, y sería el segundo iniciado en la Kabbalah para la época.
Cuando Isaac tenía 37 años el Creador le pide a Abraham, que ya tiene 137 años, sacrificar a su hijo. 137 es el valor numérico de la palabra “Kabbalah”.
Es este el momento en el que Avraham alcanza el estado de “Kabbalah”, de “recepción de la Luz” en su totalidad. Era el evento definitivo que completaba lo que él necesitaba para elevarse.
Para Isaac, fue intenso también. En el camino él pregunta dónde está el sacrificio, y Avraham le responde: “Hashem proveerá”. Al llegar al lugar, Avraham le dice que debe sacrificarlo, e Isaac se entrega. Cuando ya todo estaba listo para el sacrificio, Avraham escucha una voz que le dice que no mate a su hijo, y que sacrifique al carnero en que estaba en el arbusto. Y ellos hacen juntos el sacrificio, agradecen y lo ofrecen al Creador.
Enseñanzas:
A pesar del dolor de la circuncisión, Abraham seguía compartiendo. A pesar de todo, de la edad, del cansancio, del dolor, siempre daba el paso extra. No dejes que las dificultades hagan que te detengas de compartir con los demás.
No importa lo irracional que me parezca lo que me enseña el Creador, debo hacerlo porque sé que es lo mejor para mi. El Creador me dice que es lo mejor para mi y lo hago.
¿Deberíamos circuncidarnos?
Hay que “querer hacerlo” desde la comprensión de que si el Creador nos reveló que eso es bueno para mi, voy a hacerlo, y no desde el “debo hacerlo” porque ya sería una obligación y no un deseo genuino. Entonces debe surgir “el deseo de querer hacerlo”.
Esteban lo recomienda, porque su experiencia personal fue profundamente espiritual y reveladora en su interior, y una transformación definitiva en su vida.
El Zohar nos dice:
Las pruebas son escalones para llegar a la rectificación de nuestra alma y lograr la rectificación del Universo. Son estas situaciones las que se nos van presentando en nuestra vida para elevar nuestra consciencia, para que revelemos nuestras cualidades y revelemos más Luz para llegar al siguiente nivel.
Recuerda que el Creador no nos va a poner nada en el camino que nuestra alma no sepa sobrellevar. Una vez superada la prueba, el crecimiento no se pierde jamás, no existe la involución, queda hasta por todas las vidas de nuestra alma.
Avraham era la encarnación de la bondad, en él no había juicio, no habían límites, no había Gevuráh. Entonces el propósito de esta prueba que Elokim le asignó era para que incluyera Gevuráh (representada por Isaac) en su vida.
Así se mezcló Jesed con Gevuráh, agua con fuego, Abraham con Isaac su hijo. Por fin Avraham para poder salvar al hijo que tanto amada, pidió al Creador que por todo su mérito le permitiera no sacrificar a su hijo, es decir, pidió recibir para él, despertando Gevuráh en sí mismo. Y así se perfeccionó Avraham.
Estamos en el mes de Escorpio, signo de agua en pilar de fuego, agua hirviendo. No es casualidad que esta semana trabajemos esta energía del despertar del equilibrio. El crecimiento se logra cuando equilibramos el dar y el recibir. Deseo de recibir para compartir, la base de la Kabbalah.
Mientras más deseo de recibir tengamos mejor, pero con el deseo de compartirlo. Muchas veces queremos dar a otros, pero no nos damos cuenta que no queremos recibir, merecer. Me merezco recibir para luego compartir.
Enseñanzas:
Necesidad de aprender a ponernos límites en cuanto a lo que damos, dar con inteligencia. Esto aplica con todo, los amigos, las parejas, la caridad, la familia, etc. Límites saludables, si te duele es porque pasaste el límite. Mereces valorate. Si lo que estás dando no te está consiguiendo eso, ese no es el camino, salte de ahí.
Aprender a poner límites a los demás también, sin ser mala persona, por ejemplo, con las opiniones de los demás hacia ti, cuando la gente se mete en tu vida, cuando te alzan la voz, cuando te atacan. “Lo que se permite se repite”, cuando sigue pasando en tu vida es porque no pusiste los límites cuando correspondía, pero siempre se puede hacer. Desde el amor.
Isaac era lo más amado que Avraham tenía. El Creador le dijo, desapégate y disponte a soltar lo que más amas. El Creador se lo pide y ante toda lógica Avraham lo hizo y se coronó (sefiráh de Keter, el deseo, la certeza y el placer), confió en el Creador y se entregó.
¿Estamos realmente dispuestos a ceder aquello que amamos (creencias, ideologías, seres amados) y poner la sabiduría ancestral de primero? ¿Estamos dispuestos a ceder frente a la voz divina que nos dice que tengamos certeza?. Con esta demostración y entrega verdadera, entonces surge todo en tu camino y no perdemos nada. ¿Estás dispuesto a ceder?
Pero si no estás dispuesto a ceder lo que amas no estés esperando aquello que sientes que te falta y que estás pidiendo.
Abrazos y bendiciones,
Dany
*Resumen de la clase del Zohar de A. Esteban Acuña Nuñez Z”L de Fundación Kabbalife